Por: Andrea Trujillo
Organizadora del torneo /capitana de Revolution.
andre_tru37@hotmail.com
La idea de realizar un torneo Nacional Femenino se le ocurrió al negro hace mucho rato, como en el 2005 nos reunimos jugadoras e interesados de varios equipos a camellar en el asunto; para esos días todavía existía Gato Negro Femenino y Yerbabuena en Medellín, pero ese grupo de trabajo nunca se consolidó bien y la verdad, nuestra escena era muy escasa y no brindábamos mucha competencia para realizar un torneo de carácter internacional.
Ese primer intento fracasó pero la idea seguía siempre. No quiero llegar a generalizar, pero siento que muchos de los Torneos a los que nosotras asistimos son pensados desde los hombres, desde sus necesidades y creo que por nuestra naturaleza, nosotras requerimos de cosas que ellos ni siquiera consideran importantes, como dice un buen amigo mío, “las mujeres estamos llenas de arandelitas” y para entenderlas es indispensable ser mujer o estar muy cerquita y preocupado por ellas.
Pasaron muchos años y yo en particular seguía esperando que algo cambiara, y que de la noche a la mañana empezáramos a estar en el mismo renglón de equidad que merecemos, pero los torneos seguían pasando y los Campeones seguían siendo los Hombres, las niñas estábamos en el segundo lugar de importancia. Al momento de informar en nuestros medios, el campeón del torneo era el de los manes y las viejas tenían poca o ninguna mención, como si el trabajo para esas guerreras que se sacrificaron para ganar fuera menos digno.
A la final, muchas veces pensaba que eso era cuestión de ego y que era lo de menos si las niñas que quedaban de primeras figuraban o no… pero a lo largo de estos siete años jugando he sentido de muchas maneras discriminación, se que para muchos la palabra puede sonar fuerte, y saldrán en la defensa de su género, pero es mi percepción y creo que el de muchas otras mujeres que como yo, lo han vivido.
Jugar en la peor cancha, en la mas lejana, en la más chiquita, en la más embarrada o como en el primer torneo que estuve (y eso que solo éramos tres equipos femeninos compitiendo y habían 8 canchas de Ultimate ya armadas), a dos de los equipos (afortunadamente no el Mio…) los mandaron a jugar en un espacio improvisado en medio de dos canchas que si mucho media 20 mts x 50 mts.
En fin, jugar en el peor horario, recibir una copa más chiquita que la de los niños, o una premiación diferenciada, han sido actos recurrentes en muchos torneos, pero también soy conciente y lo aplaudo eufóricamente que la inclusión de mujeres en las organizaciones de los eventos y el paso de los años ha logrado cambiar drásticamente en como se percibe nuestro Ultimate y nuestras necesidades.
Para muchas de las niñas que juegan ahora creo que no ven el asunto tan drásticamente, pero se que esto ha sido fruto de un montón de luchas que se han dado a otros niveles; ya nosotras no somos una minoría dentro de los torneos, nuestros grupos son mucho más organizados que los de los hombres, estamos bien uniformadas por lo general y se ven los trabajos a nivel interno para mejorar en el campo deportivo; ya tenemos juegos que ofrecen un gran espectáculo al público y se de algunas finales de niñas que han sido más emocionantes que las de los hombres… la historia ha ido cambiando y hemos sido dignas merecedoras en el cambio de trato y actitud de los hombres hacía nuestro Ultimate. Pero aun así sentía que para realmente tener lo que merecemos y lo que queremos no podíamos pedirlo o exigirlo, teníamos que construirlo.
Por eso este año en enero, en nuestra primera reunión del Órgano Administrativo del Club decidimos que este año si lo hacíamos y después empezamos a involucrar a las niñas del equipo que quisieran meterse a trabajar para sacarlo adelante, el camino para realizar el torneo de igual manera nos dejó un montón de aprendizajes a nivel grupal que estoy segura nos garantizan exigencia.
El primer reto era lograr captar la atención de las niñas, invitarlas y esperar que vinieran. Crear la base de datos y reconocer que nuestra escena es mucho más grande de lo que pensábamos nos emocionó, lograr que asistieran 16 equipos y que otros 10 no vinieran por diferentes motivos, nos llenó de felicidad; lograr ver tres procesos de niñas nuevas que se jugaban su primer torneo fue realmente emocionante para nosotras.
A la final, por el tiempo hubo algunas dificultades, pero la aceptación que tuvo el evento fue tal que nosotras mismas nos sorprendíamos, pero ahora que lo recapacito un poco, creo que también era ese deseo de todos los equipos de mujeres de que hubiera un cambio, la expectativa frente a un torneo organizado solo por mujeres y ahí estaba nuestro reto, en demostrar que las cosas podían ser diferentes.
Hicimos hasta lo imposible en planear la programación de modo que no hubieran atrasos… en ofrecer un espacio para almorzar y tener una hora fija para repartir los almuerzos, que las niñas se pudieran programar según ese horario, y también velamos por no jugar en la peor hora del día, tener la programación en un espacio visible y que además cada capitán tuviera una copia.
Intentamos ser muy claras con el sistema de juego y que de una manera clara y visible todas pudieran saber contra quien se enfrentarían en las rondas siguientes publicando los resultados. Sabemos que hay desaciertos y que no todo salió como queríamos, pero nos esforzamos por que todas disfrutaran el torneo y se sintieran dueñas de un espacio que solo nos pertenece a nosotras… En ese sentido obtuvimos un gran logro, las niñas se sintieron las dueñas del espacio y se apropiaron de él, a tal punto que empezamos a crear identidad y amor por lo nuestro, tanto que llegamos a preferir ver nuestros partidos que el torneo simultaneo de hombres que se jugaba; (antes un acto así era impensable!)
El torneo es también algo simbólico, es la lucha por nuestros derechos, es la lucha por lo que se nos ha negado durante mucho rato y que nunca pensamos que podía ser diferente, es también un aviso para todas que las cosas pueden cambiar pero que nadie las va a cambiar por nostras, debemos asumir lo que queremos y luchar por ello, también es un aviso a los hombres que es hora de empezar a comportarse como caballeros por que estamos dispuestas a exigirles y mucho!, y a todas las organizaciones de cualquier ciudad u evento por grande o chiquito que sea, y es que el torneo femenino NO es un apéndice, hace parte realmente importante de cada evento y merecemos calidad e igualdad!
el Nacional Femenino!
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1 aportes:
Curioso que alguién que no jugó ese partido lo recuerde, también fue mi primer torneo, Gato Negro Femenino llevaba si mucho 2 meses de entreno...jaja
Era el primer día del torneo y después de esperar horas porque se jugara nuestro partido, contra las Wiccas (aún con Aleja T), La organización del POLO (y que pena con Pacha y sus compañeros, pero es verdad) armó una improvisada cancha entre las otras, en un corredor donde todos nos habíamos sentado a ver los partidos anteriores y peligrosamente cerca a una enorme cancha de Red Bull, ese partido quedó 4 - 2 a favor de las Wicca, lo recuerdo muy claro! Gracias Revo por el torneo!!
Nana Builes
Kalipso 01
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