por: Sofia Escobar I.
Jugadora Seleccion Colombia Sub 23 - WU23UC 2010
Todo comenzó en enero cuando recibí una invitación de Wayra para hacer parte del equipo que viajaría a Praga, en ese momento no tenía ninguna duda, quería viajar al mundial y jugar con ellas.
Unos cuantos días después me encontré a María Aristizabal en el parque Lleras y me comento la idea de ir a Italia con una selección sub 23 y me dijo que quería que yo hiciera parte de esta selección; en ese momento ya no era tan claro para mí la idea de ir a Praga, tenía dos opciones de juego y de viaje increíbles, así que después de pensarlo bien y pedirle concejo a unos cuantos, decidí que viajaría a Italia con la selección sub 23. Ahora tenía que pasar los try outs y empezar a entrenar para lograr esta nueva meta que me había planteado.
Y a si fue: pase los try outs y comencé a entrenar incansablemente, fue un primer semestre lleno de cosas: entrenaba todos los días; unos con Wicca y otros con la selección y los fines de semana por lo general jugábamos partidos, además tenia toda la cantidad de estudio posible.
Así fueron pasando los meses, llenos de ultímate y estudio, lo que más valoro de este proceso fue la unión que se dio entre la selección sub 23 masculina y femenina, éramos una sola selección.
Recuerdo los viajes a Bogotá, los torneos, las concentraciones con mucho cariño, en este proceso cada cosa que hacía era con todo el amor, YO ME ENAMORE DE MI SELECCIÓN Y LUCHE CADA MOMENTO POR QUE FUERA LA MEJOR.
Para no hablar de cada torneo que jugamos, hare un pequeño resumen: nunca fuimos un grupo grande, casi siempre las mismas 18 o 20 y, como todos deben saberlo, al final resultamos siendo 16 jugadoras. En cada torneo el reto era ganarle a las junior, un proceso con mas jugadoras, unas 25 más o menos, pero eso no era amenaza para nosotras, a pesar de no ser un gran número, cada jugadora lo daba todo en la cancha, cada torneo nos conocíamos mas y el trabajo que hacíamos era impecable, todo esto gracias a nuestros dedicados entrenadores Mauro Otalvaro y Camilo Buitrago quienes se comprometieron y compartieron con nosotros este sueño. En cada torneo del año la final era indudablemente la selección junior contra la selección sub 23.
Ahora hablemos de la hora de viajar y el mundial sub 23.
Todo el año soñé con el momento en que nos enfrentáramos con el primer país, soñaba con entrar en la primera línea e imaginaba que sentiría cuando viera frente a frente a mis contrincantes; así fue como tal como lo soñé, estaba en la primera línea frente a Japón, me dio un vacio y esa sensación que tengo cada que voy a jugar una final que no se cómo describir, se me encharcaron los ojos y comenzó el partido. Jugaba cada partido como una final, como si no hubiera nada más.
Así fuimos jugando contra cada país, ganando algunos perdiendo otros recuerdo todos los partidos muy reñidos, el insoportable calor, la cancha dura que me hacia heridas cada que volaba. Todas dábamos lo mejor de cada una, jugábamos con pasión y amor.
Hasta que se llego el partido contra gran Bretaña, este era decisivo: si lo ganábamos pasábamos a semifinales, si perdíamos nos jugaríamos el quinto puesto. Espere este partido con muchas ansias, mientras varias durmieron un poco yo me mantuve despierta, concentrada y bien hidratada que era muy importante. Hasta que se llego la hora de jugar, fue un partido reñido, pero poco a poco y con algunos errores ellas fueron tomando la delantera, logramos hacer algunas correcciones y seguir ahí, pero al final no fue el resultado que espere: perdimos. No se imaginan las ganas de llorar que me dan cuando recuerdo este momento, como costumbre en el torneo hicimos un circulo en el cual ellas elegían a la mejor jugadora y nosotras también, la actividad es muy conocida: hablamos, luego cerramos los ojos y ellas se paran tras quien creen la mejor jugadoras; yo no me la creía y me aguantaba el llanto, pero en el momento de cerrar los ojos ya no podía mas, rompí a llorar sin consuelo, creo que nunca había llorado tanto, las chicas de Colombia me decían que no llorara mas pero era inevitable, no paraba de hacerlo.
Unas horas más tarde jugamos por el quinto puesto, el cual ganamos y fue el puesto en el que quedamos, ahora podíamos descansar, rumbiar y hacer lo que quisiéramos. El torneo había acabado para Colombia, así que como buenos colombianos disfrutamos de la fiesta y al otro día solo quedaba ver las finales con el deseo de estar en esa cancha enfrentándose contra cualquier equipo.
Había logrado la meta que me propuse a principio de año, me entregue a mi selección, lo di todo en la cancha, me siento feliz del trabajo que hicimos. Todo no acabo ahí, siento que seguimos siendo una selección, me encanta encontrarme a mis compañeras y compañeros de selección en cada torneo al que voy. Ahora que escribo y recuerdo todos estos momento, siento que esta selección hizo de este año EL MEJOR AÑO DE MI VIDA!.
Gracias a todos los que hicieron posible esta selección, sé que todos estuvimos totalmente dedicados a este sueño: a los entrenadores, a María y Juanchito que se encargaron de la organización y a todos los que viajamos y jugamos.
0 aportes:
Publicar un comentario